Al contrario de lo que se puede pensar, los jóvenes (así que, la mayoría de la población) están poco informados a cerca de las leyes y también de los principios del derecho.
De hecho, dar fundamentos que pongan limites a los comportamientos individuales será un primer elemento de todo tipo de pedagogía y de todo acercamiento a un mejor respecto de la vida en colectividad y de las leyes colectivas.
En la escuela, dentro de sus familias o dentro de otros sitios de vida social, la ley común constituye un medio de vivir todos juntos y de ayudar a cada miembro para su propio desarrollo. La escuela es un lugar propicio para la comprensión del proceso de construcción y adaptación progresiva " a la ley interna" que hará posible una mejor adaptación a nivel social.
Por ejemplo, un reglamento interno en la escuela será un excelente laboratorio de experimentación de las normas que queremos hacer respetar.
De hecho, el aprendizaje de la ciudadanía es igual de importante para la prevención del consumo de drogas que para una mejor educación en salud.
Como hemos visto, para conseguir una buena prevención es necesario que los jóvenes tengan inculcado los conceptos de todo aquello que esta prohibido por la sociedad y los limites infranqueables.
En esta dinámica tenemos que diferenciar dos tipos de prohibiciones:
- La prohibición legal: Reprimir los comportamientos directamente peligrosos para los demás. Por ejemplo, conducir bajo los efectos del alcohol.
- La prohibición educativa: Este tipo de prohibición tendrá un otro objetivo, será el desarrollo de herramientas para aprender a protegerse. Por ejemplo, tener conciencia que el consumo de heroína vía intravenosa puede originar enfermedades como las hepatitis o el sida (intercambio de jeringuillas)
En conclusión, lo prohibido y el concepto limitador tienen un valor pedagógico siempre y cuando estén bien usados y bien explicados.
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